Por Movimiento Universitario Sur Lomas de Zamora
Los resultados de las elecciones en Brasil nos dejaron un mapa alentador en la construcción de un proyecto popular en Latinoamérica. Por un lado, porque el triunfo de Dilma Rousseff marca la intención de profundizar un modelo regional. Y no sólo porque la población eligió al PT frente a la opción de derecha de José Serra, sino porque además, se posicionó fuerte como tercera posición, con un 20 por ciento, Marina Silva con un proyecto que se para a la izquierda del de Dilma.
A diferencia de los recientes resultados en Chile y Colombia, donde Piñera y Santos, respectivamente, empujan sus procesos de espaldas a los pueblos de Nuestra América, la política del PT en Brasil da continuidad al modelo socio-económico de integración estratégica entre los países del Mercosur y aliados; la diplomacia progresista que viene desempeñando la Unasur --tan importante para defender la democracia en la región--; y una apuesta real a una alternativa del modelo de comercio impuesto por Estados Unidos y las corporaciones internacionales.
Más allá de los límites que el PT, comandado por el saliente presidente Lula Da Silva, no ha logrado superar, como por ejemplo la difícil tarea de erradicar definitivamente la pobreza o combinar un modelo de fuerte desarrollo industrial con políticas de sustentabilidad ambiental, es importante resaltar las políticas sociales en el país vecino que contrastan con las medidas neoliberales de los procesos anteriores y eso es valorado por el pueblo.
Como dato saliente, hay que subrayar que Silva, ex Secretaria de Medio Ambiente de Lula, presiona para profundizar el modelo que hasta aquí ha desarrollado el PT y eso encontró una recepción masiva en la sociedad brasileña que cree es posible radicalizar el proyecto actual. Por lo que si se realiza una sumatoria global, la derecha en Brasil hoy no parece una opción viable y el PT se verá en la obligación de responder a esos sectores que a su izquierda levantan su voz.
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